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Desarrollo Sostenible

Economía de impacto: cómo generar valor financiero, social y ambiental desde la empresa

Susana Muñoz

La economía de impacto está transformando la manera en que entendemos el rol de las empresas en la sociedad. Ya no se trata únicamente de generar beneficios, sino de hacerlo mientras se contribuye a resolver desafíos ambientales y sociales de forma intencional y medible.

En un contexto donde los consumidores buscan marcas responsables, los inversores valoran la sostenibilidad económica y el talento exige coherencia, la economía de impacto ofrece una visión que conecta propósito y rentabilidad

Lejos de ser una moda, se está convirtiendo en un modelo de competitividad para organizaciones en España, Latinoamérica y el resto del mundo.

¿Qué es la economía de impacto?

La economía de impacto propone que una empresa puede y debe generar beneficios financieros mientras produce un impacto positivo en la sociedad y el medio ambiente. Su esencia está en integrar el propósito en el funcionamiento del negocio, no como una acción complementaria, sino como una parte central de la estrategia, la innovación y el crecimiento. Es un enfoque que promueve crear valor compartido y medir los resultados de manera rigurosa para asegurar que el impacto se produzca realmente.

La transición hacia este modelo implica ir más allá de iniciativas clásicas de responsabilidad corporativa y adoptar una visión integral alineada con la sostenibilidad en la estrategia corporativa.

Un modelo que va más allá de la RSC tradicional

Durante mucho tiempo, la Responsabilidad Social Corporativa se ha entendido como un conjunto de actividades paralelas al negocio principal. Muchas empresas desarrollan proyectos sociales sin que estos influyan en su modelo económico u operativo. 

La economía de impacto representa un cambio importante: el impacto deja de ser algo periférico para convertirse en un criterio de decisión en productos, finanzas, recursos humanos y relaciones con proveedores. Esto hace que las acciones no sean aisladas, sino coherentes y sostenibles en el tiempo.

Diferencia entre filantropía, ESG y economía de impacto

La filantropía consiste en donar recursos sin esperar un retorno financiero. Los criterios ESG sirven para evaluar el desempeño ambiental, social y de gobernanza, especialmente de cara a inversores y reguladores. La economía de impacto va más lejos porque combina tres elementos: 

  1. Intención explícita de generar impacto
  2. Medición rigurosa
  3. Rentabilidad financiera.

Se trata de un enfoque que busca transformar la forma en que se crean productos, se invierte, se colabora y se generan resultados para la sociedad.

Principios clave de la economía de impacto

Tres elementos permiten que una empresa adopte de forma efectiva este modelo.

Doble rentabilidad: económica y social

La economía de impacto se basa en obtener beneficios financieros mientras se generan mejoras sociales o ambientales. Este equilibrio se ha convertido en una extraordinaria fuente de diferenciación.

Las empresas que integran impacto reportan mayor confianza de sus clientes, niveles superiores de engagement interno y un mejor posicionamiento frente a inversores que buscan sostenibilidad económica de largo plazo.

Medición rigurosa del impacto generado

Medir el impacto no es un complemento, sino un pilar esencial. Herramientas como IRIS+, GRI, SROI o indicadores ESG ayudan a evaluar si la empresa realmente está generando valor social o ambiental. 

Esta medición no solo aporta transparencia, sino que permite tomar decisiones basadas en datos y demostrar avances reales ante los grupos de interés.

Propósito como eje estratégico del negocio

El propósito empresarial se transforma en un criterio para diseñar productos, innovar, contratar proveedores o priorizar inversiones. Cuando se articula de forma clara y se traduce en indicadores, el propósito deja de ser un eslogan y se convierte en una ventaja competitiva que orienta a toda la organización.

La economía de impacto solo funciona cuando ese propósito está al centro de la estrategia.

Tipos de organizaciones y modelos de negocio de impacto

La economía de impacto adopta muchas formas, desde empresas emergentes hasta grandes grupos corporativos.

Empresas sociales

Las empresas sociales nacen para resolver un problema específico y buscan ser sostenibles económicamente. 

En España, AUARA utiliza la venta de agua embotellada para financiar proyectos de acceso al agua potable en países vulnerables. 

En Latinoamérica, Laboratoria en Perú impulsa la formación tecnológica de mujeres para promover empleabilidad y cerrar la brecha digital.

Fondos de inversión de impacto

Los fondos de impacto han crecido de manera significativa en España y América Latina. 

En España, Creas y Ship2B Ventures invierten en startups sociales y ambientales

En América Latina destacan fondos como Bamboo Capital o Dalberg, que apoyan proyectos en educación, salud, inclusión financiera o desarrollo rural. Estos vehículos permiten escalar soluciones innovadoras y acelerar su impacto.

Iniciativas público-privadas

Las alianzas público-privadas son fundamentales para abordar desafíos complejos. 

En España, varias iniciativas vinculadas a la Agenda 2030 combinan esfuerzos entre administraciones, empresas y organizaciones sociales para impulsar la transición energética o la inclusión laboral. 

En Latinoamérica destacan proyectos regionales como la Alianza por la Amazonía, que busca proteger ecosistemas combinando inversión, innovación y políticas públicas.

Cómo aplicar la economía de impacto en tu empresa

Adoptar este modelo requiere un proceso intencional y progresivo.

Establecer un propósito claro y medible

Definir un propósito permite identificar qué problema social o ambiental la empresa quiere contribuir a resolver. Este propósito debe ser concreto, creíble y alineado con la actividad principal del negocio.

Elegir métricas y estándares para evaluar impacto (IRIS+, GRI, etc.)

Seleccionar marcos de medición permite dar solidez al impacto generado. Las métricas ayudan a evaluar avances, comunicar resultados y atraer a inversores o socios que buscan empresas confiables en términos de sostenibilidad económica y social.

Vincular impacto con estrategia y operativa

El impacto solo se consolida cuando se integra en la estrategia empresarial y en la operativa diaria. Implica revisar procesos, rediseñar productos, trabajar con proveedores alineados, promover políticas laborales responsables y garantizar que cada decisión corporativa tenga coherencia con el propósito.

Beneficios empresariales de aplicar este modelo

La economía de impacto ofrece múltiples ventajas:

  • Capacidad de diferenciación
  • Reputación fortalecida
  • Mayor atracción y retención de talento
  • Acceso a inversión especializada
  • Mitigación de riesgos ESG
  • Impulso significativo a la innovación.

Además, las empresas con un propósito claro tienden a ser más resilientes y anticiparse mejor a los cambios del entorno.

Casos reales de empresas con impacto

España y Latinoamérica cuentan con ejemplos inspiradores.

Ecoalf ha demostrado que la moda puede ser completamente sostenible y económicamente viable utilizando materiales reciclados. Ilunion es un referente por integrar la inclusión laboral de personas con discapacidad en su modelo de negocio.

En Latinoamérica, Natura en Brasil ha crecido apoyándose en cadenas de suministro regenerativas y modelos de cosmética responsables, mientras que Mercado Libre impulsa programas de logística sostenible y apoyo a emprendedores.

En el ámbito internacional, un caso relevante es Unilever, cuyo CEO en aquel momento, Paul Polman, impulsó una visión conocida como Net Positive. Este enfoque proponía que la empresa no solo redujera su impacto negativo, sino que generara más beneficios que daños en el entorno.

No se trató de una filosofía abstracta, sino de una estrategia que llevó a la compañía a transformar su cadena de suministro, repensar sus productos y aumentar su compromiso con la sostenibilidad, demostrando que una gran corporación puede integrar el impacto dentro de su lógica de negocio.

Para ampliar esta visión, muchas compañías integran también principios de economía circular.

Retos de la economía de impacto

A pesar de su potencial, este modelo presenta desafíos:

  • Falta de estandarización en métricas
  • Complejidad de medir determinados tipos de impacto
  • Riesgo de impact washing
  • Dificultad para equilibrar propósito y rentabilidad.

Además, integrar impacto exige cambios culturales profundos y liderazgo comprometido. Sin embargo, estos retos se pueden superar con transparencia, consistencia y una visión de largo plazo.

Conclusión

La economía de impacto está redefiniendo el papel de las empresas en la sociedad. Combina rentabilidad con propósito, promueve la medición rigurosa y permite generar valor en múltiples dimensiones. Casos en España, Latinoamérica y compañías globales como Unilever muestran que este modelo es viable, escalable y cada vez más necesario. 

En un mundo que demanda soluciones urgentes, las empresas que adopten este enfoque estarán mejor posicionadas para liderar el cambio y construir un futuro más sostenible, próspero y justo.

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Susana Muñoz

Profesora de OBS Business School. Experta en desarrollo del liderazgo y transformación cultural, coach, facilitadora y docente. Con más de 25 años en posiciones directivas en empresa multinacionales, dirige y desarrolla proyectos de evolución individual, organizacional y liderazgo sostenible.