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¿Demasiadas plataformas de contenidos de pago?

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Todo indica que esta primavera, Apple anunciará su plataforma de contenidos en streaming al estilo Netflix. Hace tiempo que las evidencias son claras en esta dirección: Apple ha cerrado con Oprah Winfrey un show, una serie dramática con Reese Witherspoon y Jennifer Aniston, entre otras muchas producciones que parecen tener en ejecución. Ha invertido mucho dinero para crear contenido exclusivo para su plataforma. Cuando Apple decide entrar en un negocio, lo hace a lo grande con recursos suficientes para poder ser un operador relevante. En unas semanas saldremos de dudas.

 

Apple se unirá a Netflix, HBO, Rakuten, Amazon Video, YouTube, el recién lanzado Dazn , Movistar+ y en un futuro próximo Disney en la competencia por el salón de tu casa. Recuerdo los inicios de la televisión de pago en España con Canal+ a mediados de los 90’s. La guerra comercial con Via Digital de Telefónica que fue un despilfarro de recursos para ambos, hasta que en el 2003 cansados de perder dinero y de no ser capaces de crecer, ambas plataformas decidieron fusionarse en Digital+. Una de las causas de este despilfarro es la compra de contenidos a precios irracionales. Ya entonces el contenido era el imán para atraer nuevos usuarios. Y cuando hablamos de contenidos, nos referimos al fútbol. Hay un antes y un después para el negocio del fútbol con la entrada del dinero de las televisiones de pago. Desde entonces, el fútbol vive en un burbuja que todos admiten, pero nadie tiene el coraje de explotar. De momento estamos en la huída hacia adelante esperando que los chinos o americanos sigan pagando la fiesta. Pero antes o después el fútbol vivirá su crisis. Esto da para otro artículo.

Cuento todo esto ya que ante esta abundancia de contenidos televisivos, me asalta una duda: ¿Cuantos españoles estarán dispuestos a pagar más de una plataforma de pago? En su momento Canal+ y Vía Digital llegaron a tener 1 Mio de abonados. Parecía que ese era el techo de hogares dispuestos a pagar por la televisión en España. Con el tiempo, la banda ancha y el tsunami de contenidos, parece que el mercado ha crecido. De hecho Netflix en tan solo dos años en España ha sido capaz de atraer a 1.5 millones de suscriptores, que en el fondo son más ya que hay muchos compartiendo suscripción. Una cifra nada desdeñable.

Pero ¿hay mercado para tanta oferta? ¿de donde vamos a sacar el tiempo para ver todo lo que queremos? Ya no es una cuestión de dinero (qué también) sino que el recurso escaso es el tiempo. Aunque puedas pagarlas todas, no hay tiempo material para ver todos los contenidos que quisieras. Es una mera cuestión física. No podemos alargar el tiempo, como mucho lo podemos ensanchar como hacen los que escuchan podcast o miran series al doble de la velocidad, pero ni así, no hay suficiente tiempo. Además cada vez hay mejor contenido diseminado en las diferentes plataformas. En mi caso tengo Netflix, al ser suscriptor de Prime, accedo a Amazon Video, comparto acceso a Movistar+ para poder ver el fútbol, y la realidad es que tengo empezadas un montón de series en cada una de las plataformas hasta el punto que muchas veces me encuentro en la situación de no acordarme donde estoy viendo qué.

La lucha por la atención en que se ha convertido la economía digital, sube su apuesta con las plataformas de televisión de pago, con el agravante que el contenido que se está produciendo ahora mismo es de mucha calidad. Una muestra es la recién oscarizada Roma de Cuarón producida por Netflix, a la cual se le privó de un merecido Oscar a la mejor película ya que la industria del cine considera a estas plataformas como unos intrusos del séptimo arte. Apetece ver y escuchar muchas series, documentales y podcasts, etc. Pero ¿de donde vamos a sacar el tiempo para ver todo lo que queremos ver? ¿Ese tiempo a quién se lo vamos a robar? ¿A dormir? ¿La familia?

 

Como suele pasar cuando un negocio está en crecimiento es que cada player hace la guerra por su cuenta, hasta que cansados de perder dinero y de no crecer, empieza la fase de consolidación con compras y fusiones entre ellos. Ha pasado en el negocio del cuponeo, y pasará en el del delivery y los sharing (no es sostenible 5 empresas de alquiler de motocicletas en una ciudad). En el negocio de la producción para televisión, no lo veremos a corto plazo; Amazon, Apple y Google pueden aguantar hasta el infinito y más allá perdiendo dinero a costa de fidelizar a sus usuarios en sus plataformas. Por recursos no será, y quizás por eso su estrategia pase por ahogar a Netflix cuya situación financiera no es tan boyante. Estrangularla hasta que se ponga a tiro para comprarla.

Por otro lado, estamos ávidos de contenidos y éstos son ubicuos (cada vez más gente visiona video y escucha audio en el transporte público) por lo que el aumento de oferta creará nueva demanda, pero ¿donde está el límite? No lo sé. Creo que estamos ante un entorno totalmente nuevo con un aumento espectacular del consumo de contenidos sobretodo en dispositivos móviles, que puede ser un revulsivo para estos nuevos servicios. Además el modelo de suscripción disminuye considerablemente las barreras de entrada, democratizándolos. ¿Pero qué pasará cuando nos demos cuenta de que es imposible utilizarlos todos? ¿que sentido tiene pagar por algo que no utilizas? De momento, disfrutemos de esta explosión de buen contenido. Puede que no dure para siempre.